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Segundo año de siembra

Estamos en la región de Los Ríos (384.837 habitantes), la 14° de Chile, situada al sur de Araucanía, zona sometida a un estado de sitio debido a los enfrentamientos entre las autoridades nacionales y los manifestantes Mapuche en lucha por la recuperación de sus tierras ancestrales, y en respuesta a protestas relacionadas con el proceso constituyente. Al norte de la región se encuentra Lanco, comuna que cuenta con una población de 16.752 habitantes y que alberga el pequeño pueblo de Malalhue con sus 4.559 habitantes, 3.061 urbanos, 1.498 zonas rurales, en el cual desarrolla sus actividades MEDEMA (Mujeres Emprendedoras de Malalhue), una de las más de 600 organizaciones comunitarias registradas en la Secretaría Municipal de Lanco. Fundada en mayo de 2014, MEDEMA, socio local de COMI (Cooperación para el Mundo en Vía di Sviluppo), está conformada por mujeres mapuche comprometidas en la realización de actividades socioculturales y agrícolas con el fin de promover la artesanía y las tradiciones locales.

COMI coopera con Medema en Malalhue desde 2015, y este es el segundo año en el que las dos organizaciones colaboran para construir proyectos de apoyo a la agricultura comunitaria, proyecto empezado en 2019 y que se reveló doblemente importante y decisivo en tiempos de Covid 19.

En este año, un apoyo importante vino también de la Entidad estatal FOSIS (Fondo de Solidaridad e Inversión Social) que junto a COMI hizo posible aumentar la superficie de tierra sembraba – en el primer año un hectárea – a una hectárea y medio, comprando frijoles y fertilizantes, además de construir un cerco alrededor de la hectárea de campo sembrado con frijoles, condición indispensable para poder cultivar en un lugar donde los animales salvajes podrían comprometer gravemente la cosecha. La decisión de apoyar económicamente una agricultura local y comunitaria está vinculada, por un lado, a la conciencia de la fragilidad de la agricultura de subsistencia, por el otro, la voluntad de apoyar la soberanía alimentaria de las comunidades y por lo tanto, al mismo tiempo, de favorecer su control sobre la producción y el consumo, la promoción de los productos locales y la independencia desde los mercados internacionales.

Sin embargo, el aporte no se limita al aspecto económico, sino que se dirige también a un apoyo cotidiano y relacional, a una participación concreta en los proyectos promovidos en el pueblo de Malalhue y en las comunidades Mapuche que lo rodean, población con una cosmovisión colectiva, comunitaria por esencia. El primer día de la siembra de porotos este año coincidió también con el primer día de servicio de las cuatros voluntarias y voluntarios italianas que participan en el proyecto de servicio civil, en el que estarán comprometidos hasta junio.

Fueron días de inmersión total en la vida del campo y de la comunidad de personas que estaba trabajando ahí, de intensa fatiga pero también de contacto directo con la Ñuke Mapu, la Madre Tierra.

Cuatro días de duro trabajo en los cuales las mujeres de MEDEMA, con el apoyo de campesinos y campesinos locales y de voluntarias y voluntarios italianos, han completado la siembra en los campos de El Avellanito y de Panguinilahue Alto. Alrededor de una hectárea y media de tierra y más de cien kilos de una gran variedad de semillas sembradas sin el apoyo de ninguna maquinaria. Desde los surcos excavados hasta la siembra de los porotos, pasando por la fertilización del suelo, todo fue realizado enteramente a mano. Un trabajo excelente para cuyo éxito se ha revelado fundamental el fuerte espíritu de trabajo colectivo que ha caracterizado los días de la siembra. Familiares, voluntarias y voluntarios se han reunido durante cuatro días de trabajo, durante los cuales no han faltado intensos momentos de agregación y compartir.

A pesar de ello, Margarita, campesina y co-fundadora de MEDEMA, durante una salida al campo, explica cómo el aporte de tecnologías agrícolas avanzadas sería crucial para mejorar la productividad, así como para reducir considerablemente la gran carga de trabajo humano. Al mismo tiempo, la presidenta de MEDEMA, María, aclara que la actividad de siembra de porotos intensificò mucho hace aproximadamente un año en respuesta a la crisis de COVID-19 y al bloqueo de los transportes, cuando la escasez de alimentos comenzó a afectar gravemente a la comunidad de Malalhue. Empezar a producir porotos en mayores cantidades, cuentan, podría ser una ayuda a la autosuficiencia y a la seguridad alimentaria no sólo de los miembros de MEDEMA y de sus familias, sino también del resto de la comunidad local. Además, el fomento del cultivo de porotos es un instrumento para promover, a nivel ciudadano, la conciencia de una alimentación sana, reduciendo el consumo de alimentos procesados, considerado como una de las plagas locales.

En respuesta a esta necesidad, hace pocos días, la Comuna de Lanco, promovió la apertura de un mercado hortofrutícola, Mercadito de pequeños agricultores, gestionado y promovido con fuerza por las asociaciones locales El Huerto, con su presidenta Sonia Trabol, y Kiñe Wayiñ (Un solo grupo en Mapudungun, el idioma Mapuche), que durante más de un año se comprometieron en la búsqueda de un nuevo espacio que pudiera valorar mejor sus productos. Como han subrayado los discursos de las autoridades locales y de las dos organizaciones participantes, esta iniciativa es una ocasión para recuperar el concepto emblemático que la unión hace la fuerza. Además, María nos explica que la cooperación entre comunidades es fundamental para el restablecimiento de la soberanía alimentaria, tema y objetivo fundamental para un desarrollo sostenible, desde una perspectiva local y global.

Un proyecto pequeño, cuyas perspectivas reflejan la voluntad de buscar soluciones a un estilo de consumo que con demasiada frecuencia causa no pocas problemáticas, desde la dependencia económica a la mala aportación nutritiva.

Las potencialidades son amplias y la siembra sólo es un primer paso hacia un proceso que requiere tiempo, recursos y compromiso continuo.

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