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Trawün Mapuche en Malalhue

 

Trawün1 Mapuche en Malalhue: hacia una nueva Constitución Plurinacional

En Malalhue, Région de los Ríos, se desarrolló el viernes 14 y el sábado 15 de enero el Trawün Mapuche Constituyente Fütawillimapu2, con la presencia de los constituyentes Victorino Antilef, Natividad Llanquileo, la machi3 Francisca Linconao y Alexis Caiguan, elegidos en la Convención Constituyente en los escaños reservados para los pueblos originarios de Chile, las poblaciones de estas tierras antes de que llegaran Colón y los europeos.

El proceso constituyente en Chile comenzó formalmente con el referéndum del 25 de octubre de 2020, bajo el gobierno de Sebastian Piñera, que estará en funciones hasta el 11 de marzo de 2022, en un intento de desactivar las fuertes protestas que se iniciaron en octubre de 2019 y que sólo se aplacaron debido a la pandemia de covid en marzo de 2020; protestas denominadas en Chile estallido social y que han llevado a millones de personas a la calle, creando manifestaciones masivas que comenzaron en Santiago y se extendieron por todo el país.

Los días 15 y 16 de mayo de 2021 se votó para elegir las y los 155 miembros de la Convención Constituyente, en la cual 17 escaños fueron reservados a las poblaciones originarias; de estos, siete destinados al Pueblo Mapuche, dos al Pueblo Aymara, uno para los pueblos diaguita, colla, atacameño, quechua, yagán, kawésqar, chango y rapa nui, mientras que el pueblo afrodescendiente chileno quedó excluido. Además de los escaños reservados a los pueblos originarios, otro paso histórico en su reconocimiento es la elección como presidenta de la Convención Constitucional de Elisa Loncon, académica, lingüista y activista mapuche. La constituyente ve además una fuerte mayoría de fuerzas de izquierda, muchas de las cuales son apartidistas e independientes de los históricos partidos chilenos.

La Constitución que está en proceso de escritura y que debería ser aprobada en un referéndum en agosto o septiembre de 2022, salvo aplazamientos, sustituirá a la de 1980, promulgada por el Consejo de Estado del régimen militar de Pinochet y, por tanto, su herencia directa, aprobada por referéndum y posteriormente modificada sólo en algunas partes. La intención de las fuerzas de izquierda que participan en la Convención Constitucional es cambiarlo todo, cambiar completamente el sistema, crear un Chile que reconozca los derechos civiles y sociales, prestando especial atención a la democratización del sistema político, la reducción de las desigualdades, la salud, la educación, el feminismo, el medio ambiente y los derechos al agua. 

Por lo que se refiere a los pueblos y naciones preexistentes en el Estado chileno, la inclusión en el proceso de escritura constitucional pasa por la creación de la Comisión sobre los Derechos de los Pueblos indígenas y Plurinacionalidades, encargada de elaborar un «Documento base» fundado en el derecho de los pueblos originarios y los tratados internacionales, como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, que garantizan la participación de los pueblos originarios en las decisiones que puedan afectarles4. Para poder elaborar este Documento base, se han establecido cinco principios fundamentales, según los cuales se ha elaborado un catálogo de derechos para incluirlos en la nueva Constitución, si serán compartidos por los pueblos originarios.

El primero es el principio de plurinacionalidad y libre determinación de los pueblos, y reclama la creación de un Chile plurinacional, que reconozca en la Constitución la existencia de varias naciones preexistentes en el Estado chileno con derecho a la autodeterminación, desafiando de hecho la noción occidental del Estado que se basa en el supuesto de la unidad inseparable de Estado y nación.

El segundo principio se refiere a la interculturalidad y a la descolonización, y se propone descolonizar el pensamiento para poder reconocer, en un plano de igualdad y respeto mutuo, las diferentes formas de conocimiento, las diferencias entre las culturas y sus formas de concebir, ver y conocer el mundo, haciendo posible un diálogo horizontal que dé valor a las diferencias.

El tercer fundamento es el Buen Vivir, vivir bien, llamado Kume mongen por el pueblo Mapuche y Suma Qamaña por el pueblo Aymara. Se trata de la vida en plenitud, una forma de vivir en equilibrio y en comunidad, en la que los seres humanos y la naturaleza se complementan; una convivencia pacífica en la cual la persona está en armonía consigo misma, con las otras personas y con la naturaleza que la rodea.

El cuarto garantiza el cuidado y el respeto de los derechos de la naturaleza, identificándola también como sujeto de derechos, y reconoce a los pueblos originarios como custodios de los equilibrios naturales en sus territorios ancestrales, además del vínculo espiritual de los pueblos con sus territorios.

Por último, el quinto principio establece la igualdad y la prohibición de la discriminación, afirmando que las personas y los pueblos originarios son libres e iguales a todas las demás personas y pueblos, y que por ello no pueden ser descriminados en el ejercicio de sus derechos, en particular en relación con su origen y su identidad indígena5.

A pesar de las esperanzas depositadas en el proceso constituyente, es evidente que las fuerzas políticas presentes en la Convención son diferentes, y existen fuertes temores respecto a las posibilidades reales de aprobar el texto a través del referéndum, y diferentes perplejidades respecto a los plazos limitados a disposición de las y de los Constituyentes y a la necesidad de la mayoría de los dos tercios en asamblea para poder insertar normas en el texto constitucional, factores que podrían desactivar, al menos en parte, la radicalidad de las instancias.

El Trawün, que se desarrolló con ocasión de las Semanas territoriales, fue organizado por Victorino Antilef y Carmen Caifil, candidatos en dupla electoral para garantizar la igualdad de género y elegidos como representantes Mapuche de la Région de los Ríos en la Constituyente. Victorino Antilef no sólo representa las Regiones de Los Ríos, Los Lagos y Aysén en la Convención sino que es originario de la Comunidad Mapuche de Antilhue, en la Comuna de Lanco.

El objetivo del encuentro era por una parte dialogar con las comunidades Mapuche de la Région de los Ríos sobre los principios, las exigencias y los puntos fundamentales que se han de incluir en la nueva Constitución, de modo que se puedan proponer a las diferentes Comisiones, y, por otra parte, el de incitar a las propias comunidades a proponer normas que se incluyan en el texto constitucional, puesto que para los pueblos indígenas se prevén modalidades particulares de propuesta6, con cifras muy inferiores a las normales iniciativas de ley.

Sin embargo, las poblaciones originarias no tienen una opinión homogénea sobre el proceso constituyente y la confianza que se debe dar a las instituciones; durante el primer día de reunión surgieron varias dudas sobre la oportunidad de que el pueblo mapuche participara en una instancia convocada por el Estado, insertándose en un proceso para el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios dentro del Estado chileno, de hecho fortificando el mismo sistema estatal responsable de haber robado las tierras al pueblo mapuche. Por un lado, el pueblo mapuche tiene un tratado todavía vigente con el Estado chileno, el Tratado de Tapihue de 1825, que reconoce las tierras en el sur del Bio como territorio Mapuche, por otra parte, la inclusión en una lógica estatal corre el riesgo de desactivar las posibilidades de autonomía y autogobierno de las poblaciones originarias.

Durante las dos jornadas de trabajo celebradas en Malalhue, hubo un primer momento de debate en el que estos temas, dudas, perplejidades, temores y críticas se pusieron de manifiesto y debatieron, y un segundo momento en el que, a la luz de los debates anteriores, nos hemos dividido en grupos de trabajo y hemos tratado de hacer propuestas más concretas sobre lo que se pretende incluir en la nueva Constitución, al margen de la desconfianza de su eficacia real para el pueblo mapuche. Como ha señalado la machi Francisca Linconao, que ha estado en la cárcel por su actividad de defensora de los derechos humanos y de los territorios ancestrales Mapuche en oposición a la empresa Palermo, el objetivo último es la autonomía y la autodeterminación del pueblo Mapuche, así como la recuperación de todas las tierras ancestrales que han sido sustraídas a las comunidades; las personas, comunidades o loffe7 pueden y deben elegir si incluir o no el apoyo al proceso institucional entre las estrategias, o si continuar la lucha con otros modos y siguiendo otros caminos.

Estar en Chile en este momento histórico de cambio es sin duda una oportunidad para poder observar de cerca el proceso, tanto desde el punto de vista institucional como por el modo en que lo reciben las personas del territorio, y para poder seguir de cerca cómo evolucionará el proceso de escritura de la nueva Constitución chilena.

1Reunión en la cual se toman decisiones, acuerdos.

2 Gran territorio del Sur en Mapudungun.

3 Figura espiritual Mapuche, la que cura las enfermedades y comunica con los espíritus.

4 Consulta_Indigena-Documento_Base-es.pdf

5 Consulta_Indigena-Documento_Base-es.pdf

6 Son suficientes 3 comunidades o 5 asociaciones o 3 asociaciones representantes de los pueblos originarios o un cacicado reconocido o 120 personas pertenecientes a pueblos originarios.

7 Es la forma básica de organización social del pueblo mapuche, consistente en un clan familiar o linaje que reconoce la autoridad de un lonco.

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